miércoles, 13 de junio de 2018

Día 8 - El viaje

Mi mañana del martes arrancó muy temprano y transitando caminos:

Levantarme 5 am, auto hasta la estación de Legnano (que btw, acá tengo que parar y agradecer a Caterina, la prima de mi madre, por llevarme y traerme a las distintas estaciones desde su casa en Dairago, en donde estuve quedándome estos días), luego tren de Legnano hasta Milano, luego tren desde Milano hasta La Spezia, luego bus por 15 minutos hasta Biassa, una antigua aldea situada en el medio de unas colinas cubiertas de vegetación, en donde está mi hostel.

Biassa

Pero no es de ese viaje del que quiero hablarles.

Lo que les quiero contar en realidad, es que este viaje que me acercó a Cinque Terre empezó unos cuantos años atrás, cuando vi esta foto:


El momento que estaba transitando cuando la vi era uno bastante particular (por no decir un momento de recontra mierda y de mucha tristeza y desconexión con todo y con todos). Verdaderamente creo que si alguna de las personas que me conocen no hace mucho viajara a ese momento del pasado y se encontrara conmigo, no me reconocería, y hasta negaría completamente que ese ser tan apagado era yo. 

Los motivos de aquel estado no vienen a cuento, pero el caso es que cuando vi esa foto aquella vez se me encendió algo. No podía ser que me sintiera tan abatida en un mundo que tenía lugares como este. 
La conclusión natural fue: tengo que ir.

Claro que para quienes no somos Paris Hilton o Bill Gates, la cosa no es soplar y hacer botellas, así que mucho tiempo y muchas circunstancias favorables tuvieron que pasar para que finalmente hoy llegara a este lugar. 

Anoche cuando estaba por dormirme, pensaba en que me gusta la idea de que todo aquello fue un ahorro en el Banco del Karma, y con las monedas de oro que fui metiendo ahí (que algunes pudieron tratar como si fueran de plomo o de lata), me compré esta experiencia. Me compre mi sueño. 

Y entre aquel momento y este hubo mucho de aprendizaje; mucho de soltar; mucho de dejar de tratar de entender para entonces recién ahí entenderlo todo; mucho de crecer; y al final, también mucho de agradecer, porque muy seguramente sin todo aquello no hubiera pasado por un proceso de tanto autoconocimiento y no sería quien soy hoy - que, para serles sincera y sin ninguna falsa modestia, el mío es un yo que no cambiaría por ningún otro, y a quien quiero con sus virtudes, pero también con todos sus defectos -.

Ese fue el verdadero viaje que hice para llegar a este lugar.



6 comentarios:

  1. Hermoso! Te sigo como si viajara con vos! :)

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  2. Annette, hiciste el mejor viaje para llegar a este viaje! Por suerte, como amiga y alguien que te quiere, puedo disfrutar de los resultados de ese viaje primigenio, que seguramente fue tortuoso, pero te trajo hasta acá (hablo temporal y físicamente). Amé este párrafo:
    "Anoche cuando estaba por dormirme, pensaba en que me gusta la idea de que todo aquello fue un ahorro en el Banco del Karma, y con las monedas de oro que fui metiendo ahí (que algunes pudieron tratar como si fueran de plomo o de lata), me compré esta experiencia. Me compre mi sueño."

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    1. Es seguro que sin ese viaje previo no estaría disfrutando tantissimo este de ahora.
      Gracias por lo que decís Veronique!💚❤

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