domingo, 23 de junio de 2019

Día 15 - Historias de Rapallo

Mis días en la Riviera Italiana estaban llegando a su fin.
Mi tren de vuelta a Milano - a donde volvía porque en esa ciudad me esperaba uno de los eventos más anticipados y anhelados de este viaje - salía a las 2 de la tarde, de manera que pude aprovechar esa última mañana para caminar un poco por Rapallo.

El casco antiguo de esta ciudad chiquita sobre el mar era ideal para decirle adiós a una región que me dejó enamorada: la Liguria.

Ubicada en el noroeste de Italia, la Liguria es una de las regiones más chiquitas de Italia, pero una de las más densamente pobladas. No es de extrañar teniendo en cuenta lo bella que la vuelve el hecho de estar entre cadenas montañosas y mar. En el medio, sobre una gran bahía natural y partiendo en dos a esta región (dividiéndola en Riviera de Ponente, al oeste, y Riviera de Levante, al este) está Génova, una ciudad que fue próspera y líder durante la época medieval gracias a su privilegiada posición geográfica, lo que le permitió convertirse en un importantísimo imperio marítimo, y volverse una potencia gracias al comercio al punto de ser conocida como "La Superba" (La Soberbia).

Tan hermosas son sus pequeñas ciudades hechas de casas de colores sobre acantilados frente a las aguas mediterráneas, que muchas de ellas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (Algunas de las cuales conocí: Cinque Terre y Porto Venere)

Rapallo, en la que estuve quedándome durante los tres días posteriores a dejar Cinque Terre es una de las localidades más pintorescas de la región, que atrae al turismo porque es una combinación de historia, paisaje y arte.

Castello sul Mare - Rapallo


Castello sul mare iluminado.

Ubicada al sur de Génova, hoy no es de los destinos más buscados por los turistas del mundo, pero tiene un pasado lleno de esplendor y - lo que a mi más me entusiasma - tiene también un pasado de decadencia y "caída en desgracia" que atrajo a muchos escritores, uno de ellos adivinen quién...
Si, mi querido Hemingway que, a esta altura empiezo a sospechar, me gusta tanto porque antes que escritor era un incansable viajero.
Seguramente, si Hemingway viviera en esta época hubiera hashtagueado así esta foto suya en Rapallo, allá por los años 50:

#wanderlust #travel #rapallo #rivieraitaliana #instawriter

Pero esperen, que me estoy adelantando...


A mediados del siglo XIX, Rapallo era literalmente tomada (especialmente en invierno) por nobles y burguesas familias británicas que llegaban a este lugar de la riviera italiana atraídas por su buen clima y por la belleza de sus paisajes. De esta época son los pasados de moda pero pintorescos hoteles que se ven en el "borgo" antiguo (de hecho esta ciudad me recordó mucho a La Habana, aunque en Rapallo hay euros para destinar al mantenimiento que en la ciudad cubana faltan). También son de esa época dorada las villas italianas (hoy un poco descoloridas), los jardines ingleses y los cafés y restaurantes frente al chiquito pero magnífico Castello Sul Mare, una pequeña fortaleza genovesa, símbolo de la ciudad, que fue construida en 1551 para proteger a Rapallo de los ataques de los piratas turcos.

Antigua postal con el Castello sul mare y el lujoso Hotel Europa

El Hotel Europa hoy

La presencia de estos ricos extranjeros (mayormente ingleses, pero también franceses y alemanes) hizo que se abriera en Rapallo el primer casino de Italia: Inaugurado en 1902 en los salones del Hotel Kursaal - que recibió como huéspedes a, por ejemplo, el Duque de Windsor y su escandalosa Wallis Simpson, o a estrellas de Hollywood como Rita Hayworth -, permaneció en este lugar hasta que en 1927, cuando Rapallo ya no era el lugar trendy que había sido, fue movido a San Remo (Otra localidad costera de la Liguria).


Llegados los años '20 Rapallo pasó de moda - perdiendo como consecuencia de esto el interés de los turistas -; se volvió incluso un tanto decadente, lo que por supuesto la hizo atractiva para artistas, escritores y poetas, como Ernest Hemingway, W.B. Yeats, Ezra Pound o Gabriela Mistral. Mucho antes que ellos estuvo Friedrich Nietzsche, que pasó ahí el invierno de 1882 curándose de su enfermedad y escribiendo el Libro I de "Así habló Zaratustra".

Mi amigo Ernest (a quien llamo mi amigo porque saben, si nos conocemos hace un tiempo, que le stalkeo su fantasma por toda ciudad que alguna vez ambos pisamos) estuvo en Rapallo en varias ocasiones visitando a su amigo Ezra Pound (bien sabemos de la amistad de estos dos nacida en la ciudad de las luces, gracias a lo que Hemingway cuenta en "París era una fiesta")

París era una fiesta

En estas ocasiones, Ernest se quedaba en el Hotel Riviera. Lo menciona incluso sin nombrarlo en su relato "Cat in the Rain", que es parte de una colección de historias cortas sobre las vacaciones en Italia de un hombre americano y su esposa.
Bastante autorreferencial era Hem en sus historias; ese hombre americano y su esposa muy seguramente "estaban inspirados" en él y su primera mujer, como podemos suponer por esta anécdota:

"Durante el invierno de 1923, Hemingway se hospedó en Rapallo, en el modesto Hotel Riviera, junto a su primera mujer Hadley Richardson. Allí ella le comunicó que estaba embarazada y el joven escritor y periodista salió de la habitación crispado y dando un fuerte portazo. Según parece lo tomó a la tremenda, convencido de que las obligaciones de la paternidad acabarían con su naciente carrera literaria". Hayley y Ernest se divorciaron cuatro años más tarde (pues el sujeto empezó un affair con una amiga de ambos, pero esa historia nos excede en esta ocasión).


Y miren ustedes si Rapallo habrá recibido a tremendas personalidades a lo largo de su historia, que si una se pone a buscar encuentra una foto como esta...

Eva Perón en Rapallo, en 1947, durante su tour europeo


Sin embargo fue recién en la década del 60 que Rapallo recuperó su perdido esplendor y se transformó en la elegante ciudad de la riviera italiana que es hoy en día (aunque más económica que sus vecinas Santa Margherita Ligure y Portofino), gracias a que se convirtió en la residencia de retiro favorita de los italianos ricos que viven en el noroeste del país.
Fue entonces cuando los poetas y escritores se fueron a buscar inspiración a otra parte...

Sin embargo esa mañana de martes - tal vez intoxicada todavía de mi día y mi noche anteriores - a mi la bella Rapallo me pareció bastante poética.

El "lungomare" de Rapallo

El chiosco della musica





2 comentarios:

  1. Sí a visitar los lugares a donde veranean los locales, tiene mucho encanto salirse del circuito turístico tradicional. Y sí bis a ir tras los pasos de Hemingway, hice lo propio por el barrio de la rue Notre-Dame-des-Champs, así que leer su nombre me trajo lindos recuerdos.

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    1. Rapallo fue una gran sorpresa a ese respecto (y a otros, ejem xD), la verdad...
      Y sobre Hemingway; yo ya soy su own personal stalker: lo he rastreado ya en París, en La Habana, en Milano. Y luego, leer sus historias que incluyen a estos lugares se vuelve una experiencia lectora mucho más rica.

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