miércoles, 6 de junio de 2018

Día 2 - Parole, parole, parole...

Si hay algo que quien me conoce (hace mucho o poco tiempo) sabe o nota, es que no hablo poco, y que de hecho soy bastante parlanchina (eufemismo).

En mi defensa voy a decir que dentro de ese mucho no te hablo de trending topics en la peluquería amiga, y que hasta ahora nadie se ha levantado y me ha dejado hablando sola porque le aburro o no me soporta más.

Pues bien, en mi primer día en Italia estoy en condiciones de afirmar que todo es una cuestión de raíces, queridos. Puede que sea cierto que los italianos hablan mucho con los gestos, pero les juro que por la boca hablan 150 millones de veces más.

En estas primeras 8 horas que pasé en este lugar casi no metí bocado. Imagínense...

Desde el minuto uno me apabullaron con tanta conversación, que mi cabeza está recalentando de tanta información y del esfuerzo por entender todo lo que me dicen (esfuerzo que se debe a que el italiano es una lengua que estoy apenas comenzando a transitar, y de la cual tengo conocimientos bien básicos y principiantes). Conversación de lo más diversa, eso si... desde mi país y el suyo, la familia y sus dimes y diretes, la comida, los viajes y la "spiaggia" - una señora a la que conocí hoy me invitó a su casa cerca del mar en la Liguria, true story -, el nuevo gobierno que tienen, y la lista sigue.

Lo más fantástico del caso es que gran parte de esas conversaciones, parece que acá suceden frente a mesas como esta: 

La primera cena
Italia, recién nos conocemos, pero yo creo que esto puede llegar a ser amor.

2 comentarios:

  1. Confesá: no metiste bocado en la conversación porque estabas ocupada comiendo! :P
    Que sigas disfrutando de los lugares, la compañía y la comida, por supuesto!

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