viernes, 27 de marzo de 2020

Día 18 - I just wanna scream HELLO... (Pearl Jam en Italia, Acto I)

"...Hearing Eddie's recording on that first demo, I felt that same fervor. The music was a sactuary, a place where something more than just rock might occur. Like the others, Vedder was a fan, and any fan knew that, handled correctly, music could take you rushing down the current to places you never imagined. That is, if you cared enough. And concentrated enough. This would be an experiment in alchemy. "I just want to play", I remember Eddie saying. "Just want to keep playing"


Cameron Crowe dice esto en la gran introducción que escribió para el libro que acompaña al documental Pearl Jam Twenty, y a mi entender esta es una gran manera de resumir por qué Pearl Jam provoca lo que provoca: la música es un santuario, la música les importa, solo quiren seguir tocando.

Voy a arrancar este post con una advertencia: hablar de algo que me gusta mucho me pone hiperbólica. Y Pearl Jam me gusta muchísimo. Así que sepan antes de leerlo que puede haber mucho exabrupto, que puede que escribiendo me retroalimente mi propio sugar rush y que si no les gustan estos muchachos (cosa que no me entra en la cabeza como opción :P) puede que tengan ganas de llamarme y decirme: "Ana, qué intensa!"

También es un dato a tener en cuenta el hecho de que a principios del 2018 Pearl Jam se me había escapado en Buenos Aires. El recontra por mi esperado recital de estos muchachos en el Lollapalooza se había cancelado por la tormenta que arrasó con todo en el hipódromo, rompiéndome el corazón. Entonces, el hecho de esta revancha me tenía muy ansiosa. De hecho, de cara a este viaje, antes de los pasajes tuve los tickets a sus recitales... se entienden las prioridades que manejo, no?

Muy intensa precisamente fue como amanecí ese 22 de junio de 2018. Me desperté en mi casa de Milano muy excitada, con la idea de salir rumbo a Rho Fiera, en donde iban a tocar mis amados en el marco de un festival, el I-Days Milano, en AREA-EXPO Experience. 

El flyer de Pearl Jam

Arte oficial de Pearl Jam en Millán 2018, by Francesco Francavilla

Este predio se encuentra en las afueras de la ciudad, y es sede de grandes eventos de todo tipo, de modo que llegar hasta allá es bastante fácil: el Metro línea roja te lleva prácticamente hasta la puerta.

Llegué en poco menos de una hora, caminé por la estación hasta el sector que comunica directamente con la entrada al predio y cuando llegué casi al final y vi esto escrito con azulejos en la pared ya me dieron ganas de gritar: 

🤩

Una vez adentro hice algunos trámites como retirar mi entrada y comprarme un panino (que iba a ser mi almuerzo y todo lo que iba a comer en el día, porque andá a moverme una vez que me ubico para el recital y tengo la suerte de quedar justo en el centro frente a la valla después del vip...). De ahí, derechito a la puerta del sector en donde se iba a llevar a cabo el fest.

EL CALORRRRR que hacía, amigues... ¿cómo explicárselos?
Pero no importaba nada, porque ahí estábamos a la espera de la apertura de puertas, listos para salir corriendo para asegurarnos el mejor lugar posible para ver y escuchar a la banda de nuestro cuore.

Una vez instalada pensé que la espera iba a ser la más larga ever, pero prontamente hice amigos y amigas; gente que, debo decir, no solo fue compañía sino que se ocupó de mi y me cuidó durante todo el recital, llegando incluso a ir a buscarme agua sin que yo se los pida, porque yo estaba mentalmente encadenada a la valla frente a la cual me había ubicado para esperar a Eddie y compañía.
Quienes han asistido a festivales musicales saben que un poco esta es la vibra que se vive siempre, pero en este caso yo la sentí magnificada. Las 6 o 7 horas que pasaron hasta que empezamos a escuchar música volaron entre mil charlas, muchas de ellas rondando las procedencias de quienes estábamos ahí unidos por el amor a una banda. En este pequeño grupo había gente de varios lados de Italia, una chica de Malasia (en Milán por trabajo en ese momento), un irlandés que ya iba por su concierto número 20 de Pearl Jam y un argentino que estaba en Italia (Pisa más precisamente) para tramitar in situ su ciudadanía.

En Modo Festival

La previa musical fue de la mano de una banda de New York que no conocía y que me gustó: The Last Internationale. Después les siguieron Catfish and the Bottlemen, y por último - antes de mis amados PJ-, tocó Stereophonics. En suma, un lindo warm up.

Hasta que finalmente se apagaron todas las luces, dejando como fondo detrás del escenario un cielo de atardecer todavía no anochecido, y en medio de un solo grito hecho de miles de personas ellos, los Pearl Jam, empezaron a caminar el escenario mientras sonaba como cortina para su entrada una pieza llamada Metamorphosis Two, de Philip Glass

Quisiera explicarles de alguna manera lo que me pasa cuando estos seres entran a un escenario frente a mi, pero renuncio de antemano porque no hay lenguaje que venga en mi ayuda para esto. No sé si hay momento en el que me sienta más feliz y eufórica. Para mi es como si la mejor droga del mundo se mezclara con una especie de exaltación mística o religiosa. Es algo que me estalla por dentro, me implosiona, y de tal modo no lo puedo contener que me estallan los ojos en lágrimas. Y en este caso en particular, todo estaba magnificado porque:
1) Me había quedado muchísimo con las ganas a principios de año.
2) Eddie había estado teniendo problemas con su voz en esta gira - de hecho una de las fechas en Londres tuvo que suspenderse -, y podía llegar a pasar que este concierto no ocurriera.
3) Estaba en Italia.

Pero resulta que, como si todo esto no fuera ya un montón, una vez ellos ubicados y hecho ese segundo de silencio entre nuestros gritos de bienvenida y el comienzo del recital, empezaron a sonar los primeros acordes de la primera canción que iban a hacer esa noche.
Esa canción fue Release.
Sí, Release. La primera canción de Pearl Jam que escuché en vivo en mi vida, en abril de 2013. Una canción que de cierta manera me pone en una especie de trance, me resetea de cualquier otra cosa que me esté atravesando, y me posiciona 100% en ese aquí y ese ahora. Una canción que para mi tiene un significado inmenso, cuyo "release me" ha sido (y lo vuelve a ser cada vez que así lo necesito) un mantra y que, probablemente por lo auténtico de la capacidad de Vedder para crear un canal de conexión entre él, la banda y su audiencia, me habita por completo.
Para rematarla, esa noche Eddie cantó los primeros versos de la canción en italiano, y aunque en ese inicio su voz estaba algo débil, tenía tanta potencia en el sentimiento, en cómo la estaba cantando que yo amigues, me entregué por completo, y mi felicidad fue total. Lágrimas, lágrimas everywhere.

Todo esto se volvió incluso más especial porque previamente había preguntado a mis compañeros de recital de ese día, con qué canción creían que Eddie iba a arrancar, y mi apuesta había sido Release.
¿Y por qué esto es para mi significativo? Les cuento...
No sé si saben esto pero, Pearl Jam, al contrario de lo que muchas bandas hacen, no sale de gira con un setlist previamente ensayado, que repite casi calcado en todas las fechas del tour. Lo que sucede es que Eddie, hoja y fibrón en mano, escribe el setlist poco rato antes de que salgan a tocar según lo que le vibre ese día o según lo que pueda percibir de la audiencia que lo espera. Y puede hasta pasar que sobre la marcha, en medio del recital haga modificaciones en la lista de canciones según para dónde va la energía de esa noche. Y yo, que soy fan de adjudicarle sentido a las cosas que parece que solo suceden, amé el hecho de haber sentido la misma canción que Eddie para ese inicio en Milán. (Btw, hubo un por qué de esa elección suya, que él luego contó, y que les cuento por privado si me preguntan, pues este post será eterno sino 🤣)

La ceremonia estaba iniciada. Luego de Release vino Elderly Woman Behind the Counter in a Small Town. Y entonces estábamos oficialmente recibiéndonos y reencontrándonos mutuamente en la música: todo el estadio cantó al tope de sus pulmones:

I JUST WANNA SCREAM HELLOOOOOOOOOOOO
MY GOD IT´S BEEN TOO LONG!
NEVER DREAMED YOU'D RETURN
BUT NOW HERE YOU ARE
AND HERE I AM...

y efectivamente ahí estábamos, todos con los brazos hacia ellos, diciéndoles "la puta madre, qué felicidad que nos vemos de nuevo!"



Listísimos. Así quedamos con este inicio, 100% entregados; entonces estallaron todo con Do The Evolution.

Y ocurrió algo.
Después de la comunión total de ese rezo que fue Release; después de ese abrazo colectivo que fue Elderly Woman...; y después de terminar de soltar todo en un rush de rock and roll con Do The Evolution, empezó Given to Fly. Y ahí estallé en lágrimas, amigues. Miré para el cielo sin poder creerlo y simplemente estallé en lágrimas.
FLY... HIGH... Sin dudas.
En el medio de mi llanto, pues Given to Fly es otra canción imprescidible para mi, el tano que estaba al lado mío en el recital me abraza y grita; más tarde, al final del recital, este mismo ser - no sé si contagiado o asombrado por semejante intensidad de reacción - me terminará diciendo: "Quiero ir siempre a los recitales de Pearl Jam con vos." 💓


Siguió luego Wishlist, y cuando terminó, haciéndose cargo de que su voz había visto días mejores y pidiéndonos de alguna manera ayuda, Eddie dijo en un tímido y muy lento italiano: "Non sono il migliore cantante, hermano... Stasera cantaremo insiemme, stasera siete nella banda, bene Milan?" (No soy el mejor cantante... Esta noche cantaremos juntos, esta noche ustedes son de la banda, está bien Milán?). No nos dejó casi terminar de gritar "SI", que estalló el inicio de Even flow, y OH BOY que cantamos junto a ellos... Qué descarga, qué liberación amigues que es cantar a viva voz...Y acá - probando esto - sucedió algo muy loco, algo que demuestra la hipótesis de que la energía puede modificar cosas físicas de un modo que no tenemos idea: la voz de Eddie se volvió potente, más nítida, más fuerte a medida que el campo entero estallaba cantando con él.
Bien lo ha escrito Richard Ashcroft, "music is power".

Mike McCready tuvo un rato más de brillo porque sus solos en este concierto fueron mucho más largos que de costumbre, posiblemente para darle respiros más largos a la voz de Eddie.
Fue el caso en Even Flow, que siempre tiene solos largos, pero también el de Corduroy, que fue el tema que siguió después. Igualmente acá, como si no le importara dejar toda su voz en el intento, Eddie no pudo con su genio y empezó a vocalizar buscando ese ida y vuelta que siempre se da en vivo: El canta un pedacito de onomatopeya, nosotros le respondemos; y tal vez habrá sido el calor del vino (Eddie se toma una botella de vino mínimo en cada recital, de hecho su primer trago y brindis apuntando la botella a cada sector del estadio es ya su marca registrada a los inicios del show), o quizás fue el calor de nuestras respuestas, pero su voz se suavizó acá también.

Luego siguió Immortality, en lo que fue un momento de total recogimiento dentro del show porque esta canción, cuya inspiración surgió de la muerte de Kurt Cobain, seguramente tiene hoy una resignificación enorme después de la muerte de Cornell, sucedida un año antes al momento de este recital. Si Kurt, de quien no eran cercanos, los marcó tanto con su suicidio, no cuesta mucho imaginar lo que les pasó con la partida de Chris, de quien todos los Pearl Jam eran amigos desde los inicios de la escena musical que en los 90 explotó en Seattle.

Siguió un cover de Van Halen, cantado por Mike, otra vez actuando de intermezzo para que las cuerdas vocales de Eddie descansen.

Y después vino You Are...esto fue toda una sorpresa porque es una canción que yo nunca había escuchado en vivo, y tiene una particularidad que no tienen otros temas de Pearl Jam, que es el hecho de ser un tema - para mi - muy sexy. Y justamente estando la voz de Eddie un tanto más rasposa, este tema le quedó perfecto. On fire, amigues. ON-FI-RE.

Ya promediábamos el concierto, porque aunque Pearl Jam es una banda que toca 3 horas, haciendo treinta y pico de canciones, cuando el formato que los recibe es "de festival" tienen que acortarse por un tema de line ups y tiempos. Así que ya completamente inmersos en su música, le llegó el turno a Daughter. Todo asistente a conciertos de Pearl Jam sabe que usualmente éste es un tema en el que Eddie mashupea algún otro, y también improvisa con las letras. Y, my dears, como les explico el martillazo a la cabeza cuando en medio de su estribillo Vedder empieza a cantar "We don't need no education, we don´t need no thought control..."
Si, esto pasó! Estaba cantando Another Brick in the Wall y yo creí que moría. Pero la impro no quedó ahí; como si algo hiciera falta para que mi amor por este ser del bien siga aumentando cada vez que lo veo, en lugar de "teachers", el cantó "Preachers leave those kids alone"; en un país que tiene ciudades con más de 900 iglesias y en el que se encuentra el Estado Vaticano, Eddie cantó esto en completa alusión a los curas y a las miles de denuncias por abuso que pesan sobre ellos.
Lo quiero tanto... Por supuesto que las palmas y las impros que vinieron después de esto fueron uno de los momentos de más unión entre escenario y campo.

Luego siguió Mankind, cantada por Stone Gossard (otra aparición poco común diseñada para que Eddie descanse su voz) y después de ella, mi siguiente estallido de llanto cuando empezó a sonar I Got Id. Porque, amigues, este tema es muchísimo. No es un tema que hagan seguido, es una rareza de hecho, y casualmente fue una enorme sorpresa cuando lo hicieron en 2013 en Buenos Aires, mi primera vez teniéndolos en frente. Entonces reencontrarme con él acá fue un montón...
Esta canción tiene una estrofa que me destruye,

On empty shells seem so easy to crack
Got all these questions
Don't know who I could even ask
So I'll just lie down and wait for the dream
Where I'm not ugly and you're lookin' at me...


Amo la melodía de su estribillo, y amo cantar esto a la par con Eddie y con un estadio casi entero (porque chiks, los fans de Pearl Jam son fans de mucho amor, no conocen solo los hits. Hemos escuchado todos los b-sides, las rarezas, cientos de bootlegs, cientos de covers). Y cantar esto en vivo me superó...

Oh, I walked the line
When you held me in at night
Oh, I walked the line
When you held my hand and I...


Es una sensación muy extraña la que te recorre el cuerpo cuando terminás de cantar al tope de tus fuerzas una canción, mientras todo es llanto y emoción, y con los acordes finales viene algún compañero de recital que hace pocas horas atrás no conocías y te abraza y te seca las lágrimas... Eso es la música, my friends. Eso es lo que hace.

Después de esto vino algo que es muy común en los recitales de la banda, y es que Eddie chequea con el público si están ok, si no están apretados; si ese parece ser el caso nos pide que todos nos corramos un paso para atrás, ubica al personal médico... El Rockslide del 2002 sin dudas dejó muchas secuelas en estos muchachos (para el desconocedor de esta circunstancia, durante el show de Pearl Jam en este festival en Dinamarca hubo una avalancha y murieron 9 personas. Por mucho tiempo después de esto no quisieron tocar en festivales, y este hecho llegó incluso a unos versos de Love Boat Captain:

It's an art to live in pain, mix the light into grey,
Lost nine friends we´ll never now, two years ago today
And if our lives became to long, would it add to our regret?

And the young, they can lose hope 'cause they can't see beyond today
The wisdom that the old can give away
Hey,
Constant recoil, sometimes life
don´t leave you alone...

Pero volvamos a Milan, en este momento de parate de canciones, Eddie agradeció a la organización del festival y dijo que iba a decir algo en italiano, advirtiendo "I'll try my best, mi italiano es merda", causando la risa de toda una masa de gente.

Usando el lenguaje del país que lo estaba recibiendo - cosa que siempre hace, siempre aprende algo al menos para hablarle a su anfitrión y no asumir que todo el mundo debe hablar su idioma - contó una historia de hace 18 años atrás, de cuando el 22 de junio del 2000 tocaron por primera vez en Milán... "Un concierto del que no me voy a olvidar nunca, uno de los más bellos, pero uno de los más bellos para mi, porque aquella noche encontré a una "ragazza" que después se convirtió en mi esposa y, luego en la madre de dos "bambini", mi mejor amiga. "Feliz 18° aniversario, Jill!"...Por supuesto siguió el momento de la entrada de Jill al escenario, brindaron frente al público, y se dieron un beso ante el grito de "Bacio, bacio, bacio!" de los italianos e italianas presentes, que si para algo nacieron, es justamente para el romance, queridos.

Después de este momento rosa pero muy lindo de presenciar vino Porch, arrancando en una versión super cool de su riff, y una bateria tranqui hasta el verso "Would you hit me, would you hit me ooooooooooooohhhhhhhhhh y ahi esssplotó todo.



Siguió una bajada con Footsteps, y fue morir again. Una versión hermosa, distinta, con un inicio con una armónica que amplificaba la desesperación de esa letra.

Esa bajada significaba que quedaba poco. Efectivamente entrábamos en la recta final que tuvo 4 temas que son un clásico en los recitales de Pearl Jam, y un clásico de los finales.

Primero vino Black, y todo lo que es morir de amor.

Después vino Alive, y todo lo que es morir cantando a los gritos, con tanta catarsis que el cuerpo te queda después en un estado de agotamiento feliz y drenaje emocional que pocas otras cosas consiguen.

El casi final vino con esa canción de Neil Young que Pearl Jam ya ha hecho propia: Rockin' in a Free World. Perfecto contexto, perfecto soundtrack para ese momento. Música y libertad: hay algo mejor?

Y en el final dijeron adiós con la canción con la que casi siempre se despiden, la misma con la que se despidieron en aquel 2013 cuando Eddie, antes de que sonara ese inicio hermosísimo de la guitarra de Yellow Ledbetter diga "This is how we say good bye"




En aquella introducción a ese documental que les recomiendo mucho ver, de la que les hablé al principio de este post, Cameron Crowe también dice: "Un concierto de Pearl Jam hoy es acerca de mucho más que música. Es acerca de esa clase de espíritu con una aguda observación que viene de creer en la gente, en la música y en su poder de cambiar un día de mierda y volverlo uno grandioso, o de mirar a una injusticia sintiéndose menos solo al enfrentarla. Si hay alguna, esa es la acción transversal en sus 20 años de carrera"
Ya van casi 30 y eso no ha dejado de ser cierto.

lunes, 20 de enero de 2020

Día 17 - Dos templos muy distintos: El de Dios y el de Aperol

Supongo que no debe hacer falta que les indique a cuál de esas dos deidades del título le rendiría culto, no?

De todos modos me voy a ocupar de ambos porque, cuestiones de adoración de lado, las catedrales suelen ser edificaciones que me maravillan más allá de su significado católico o religioso. Y el Duomo de Milán se convirtió en mi favorita de las que hasta ahora conocí, al instante de verla.

Si yo me dejara llevar por mis impulsos más pesadamente nerds, este post sería eterno, casi una monografía acerca de esta catedral.
Ya les conté en otro post de mi primer encuentro con ella, pero en este día que les relato hoy, lo que hice fue verla más en detalle: la conocí por dentro, y subí a sus alturas (ah, las alturas, cómo amo las alturas...). Y la verdad es que ese maravillarme a primera vista, se reforzó cuando el Duomo y yo nos conocimos un poco más.

Ese 21 de junio - el día en el que empezaba el verano italiano - llegué temprano a la Piazza del Duomo, y la verdad es que fue un placer encontrarme con ella sin la cantidad de gente que es seguro encontrarse más tarde. Aproveché la oportunidad y le pedí a una china que andaba por ahí si no me sacaba una foto. "¿Que salga toda la catedral?" me preguntó. "Si, por favor" fue mi respuesta...

Aquí el resultado:


Lo que significa "toda la Catedral" para la chiquita que me sacó la foto
😂

En fin, que rato después me encontré con Donatella, una prima segunda de mi mamá, a quien no veía desde hacía años, cuando ella nos visitó en Argentina. Y si bien en este viaje mío no pudimos coincidir en fechas para que yo pasara unos días con ella en Torino, sí logramos encontrarnos en Milán para pasar un rato juntas, conociendo il Duomo.

No voy a contarles mil detalles, pero sí hagamos un pequeño brief sobre este lugar.

La historia de la Catedral de Milán es muy parecida a la de tantas otras en Europa: en el lugar en donde hoy se encuentra esta maravilla arquitectónica, había en los primeros tiempos un templo pagano (tal vez celta, o romano); luego una primera iglesia hecha con poco más que tierra y agua y pegada con moco (chiste, of course, pero se hacen a la idea, no?). Más tarde la primera catedral, tal vez de madera, que se incendia o se viene abajo por el tiempo y el abandono, dando así lugar a plantear una construcción que dure años y años, y que le saque toda duda del poder y la magnificencia de la Iglesia a quien sea que se pare en frente suyo. Saint Paul´s (la catedral de Londres) o Notre Dame (la catedral de París) tienen orígenes de este estilo, por ejemplo.

En este punto tengo que decir que más allá de no contarme entre los fans de la institución que estos edificios representan, no puedo no admirarlas por el arte que tienen encima, por el trabajo que costaron, por las mentes y manos tremendamente creativas que las imaginaron y las levantaron de la nada. 
Y si hablamos específicamente de esta, la Catedral de Milán, tengo que decir que es hermosísima. 



Un punteo sobre Il Duomo di Milano:
  • 579 años se tardó en construirla, y es la tercera iglesia más grande de Europa - después de San Pedro (Roma) y la catedral de Sevilla, en España -, y su estilo es el gótico tardío.
  • Su exterior tiene 135 chapiteles, 2245 estatuas (y casi mil más en el interior) y 96 gárgolas.
  • Su punto más alto es la aguja de la Madonnina (Levantada en 1772), de una altura de 108,5 metros, que ahora es uno de los rasgos principales de la catedral. Fue diseñada por Francesco Croce y luce en la cima una famosa estatua dorada que representa a la Virgen María. La Madonnina, obra en cobre dorado, de Carlo Pellicani fue inaugurada en 1774 (una réplica de ella se puede ver en el interior de la catedral, si les da ganas de apreciar detalles). La idea de poner una estatua de la Virgen en ese lugar era la de representar el momento en que es llevada al cielo por los ángeles.
  • Les cuento un fun fact? (Delen, amo los fun facts!): en las vísperas de la Segunda Guerra Mundial, en 1939, la estatua dorada (que tiene una altura de 4 mts, como para que se den una idea de lo visible que puede resultar) fue cubierta con una tela gris verdosa para evitar que se convirtiera en un blanco fácil para los bombarderos. Así estuvo por 5 años, hasta que con el fin de la guerra, fue removida con una ceremonia el 6 de mayo de 1945.
  • La catedral de Milán es un templo muy grande (mide 157 metros de largo y 92 de ancho); tiene cinco naves, una central y cuatro naves laterales, soportadas por 52 pilares (uno por cada semana del año); está atravesada por un transepto, seguido por el coro y el ábside. La nave central tiene una altura de 45 metros - lo que hace que pararte ahí adentro sea realmente impresionante. Y algo muy bueno que tiene es que podés caminar libremente por casi toda ella, contrario a lo que sucede en otras catedrales italianas, que tienen una soga rodeando las naves, con lo cual lo que ves es bastante reducido (para los varios euros que te cobran...)

Il Duomo por dentro

     

             

Qué cosas les diría que noten del interior?
  • La estatua de San Bartolomé, de Marco da Agrate. Esta estatua es de 1562!, pero no solo por eso debe ser la más renombrada obra de arte de la catedral. Es bastante impresionante de ver por lo macabra, ya que representa a este señor (que creo que fue un apostol, los personajes religiosos son los que menos retengo, sabrán disculpar) que fue desollado vivo. Se lo representa sin piel: la misma le cuelga de los hombros y le cae por adelante como si fuera un manto.
San Bartolomé

  • El calendario solar que se encuentra en el piso, cerca de la entrada. Es el más grande del mundo, data de 1768, y fue usado durante siglos para poner en hora los relojes de la ciudad. Busquen una franja de bronce en el piso, ese es! Está colocada de tal forma que un rayo de sol la alcanza el 21 de junio, el solsticio de verano (y el día en que yo la visité).
  • Otra cosa sobre la que dirigir la atención es el órgano: Se construyó en Crema en 1938 y es el más grande en toda Italia. Y es muy hermoso, really. Me hubiera encantado escuchar cómo suena. 

El órgano 
  • Y por último, chequeen los vitrales (son 35 en total, contienen 3.600 escenas - alguna vez hablaremos del por qué de tantos de ellos en las iglesias de hace tantos años). Se restauraron no hace mucho, y los efectos que la luz hace en las naves de la catedral al pasar por ellos y todos sus vidrios de colores son muy bellos.
Vitrales

Vitrales detrás de la réplica de la Madonnina

De todos modos, tengo que decir que lo que más me gustó fue subir hasta el techo, por escaleras (siempre por escaleras, porque el ascensor definitivamente le saca todo lo climático a este tipo de visitas). 
Las estatuas y pequeñas agujas que se ven en el camino de subida son hermosas. 





Donatella y yo, entre contrafuertes, agujas y pináculos.


Y la vista de Milán desde ahí arriba es muy linda también.

Ver Milán desde las alturas





From the top



Tip a tener en cuenta si alguna vez andan por Milán y quieren visitar el Duomo: no se puede entrar a la Catedral con los hombros o las piernas por encima de las rodillas al descubierto, así que si la visitan en verano, llévense una pashmina para cubrirse. (Y esto corre para la mayoría de las iglesias en Italia. En el Duomo te dan una especie de capa para cubrirte - como esas que se usan cuando te hacen algún estudio -. En otras iglesias también, pero te los cobran; y en otras directamente no te dejan entrar si no estás cubierta).
Las varias modalidades de visita y sus valores los ven por acá: https://www.duomomilano.it/en/buy-tickets/



Bueno, basta de arquitectura, y pasemos a lo que realmente les interesa a muchos de ustedes cuando de Italia se trata xD
Después de pasarnos la mañana descubriendo il Duomo, Donatella me llevó a almorzar - en un muy La Dolce Vita-style - a la Terraza Aperol, que está sobre la Piazza del Duomo, prácticamente en frente del lateral de la Catedral, dándote una vista divina de todo el conjunto. Vista que nosotras acompañamos con un prosecco, y con esto...


Affetati misti (prosciutto di Parma, bresaola, pancetta e salame) pomodorini, gnocco fritto e mozzarella di bufala

El Prosecco, la vista desde la terraza, y yo



Después de un par de horas en este topetitoso lugar, me despedí de Donatella que tenía que tomar un tren de regreso a Torino, y seguí con mi descubrimiento del landmark más emblemático de Milán por su museo. 
Ahi ví replicas de estatuas en detalle, maquetas de la Catedral y una reproducción en madera que es una maravilla. 

El mini Duomo de madera

Por último, visité la Chiessa de San Gotardo in Corte. Esta iglesia chiquita fue terminada en 1336 y era una capilla del palacio de Azzone Visconti (de los Visconti les hablé apenitas por acá). Tanto el exterior como el interior fueron renovados posteriormente por el gobierno austriaco cuando este reinó en Milán, pero lo que se conservó tal cual fue el campanario, normalmente llamado "delle ore" (de las horas) porque ahí Visconti había hecho instalar un reloj, el primero de Milán.

El Campanario de San Gottardo in Corte

Mi día terminó en mi casa milanesa de esa semana, después de llegar hasta ahí caminando, haciendo parte de mi camino por:

 1- El Corso Vittorio Emanuele II - que algunas personas incluirían dentro del "quadrilatero della moda" -. Bien saben ustedes que Milán es una de las capitales mundiales del universo fashion, sin nada que envidiarle - de hecho todo lo contrario - a París y a New York. Esta vez caminé un sector bastante selecto (si bien no el más exclusivo y caro, que incluye Via della Spiga y Via Montenapoleone). 
Estas bellezas me crucé por el Corso: 


   
ME ENAMORÉ / NECESITO




2- Brera, el (a mi gusto) barrio más hermoso de Milán, del que trataré de hablarles en otro post, pero del cual les dejo algunas fotos:



 



Ya en mi casa, en la zona de Porta Venezia, a pocos pasos del Corso Buenos Aires, miré el segundo partido de Argentina en el mundial 2018 junto a una compañera de depto croata - sin mucho interés, debo decir, al igual que mi roomate, ¿pues a quién le importa el mundial cuando tiene en frente todo un país maravilloso que descubrir? 

Después de cenar y dispuesta a tener una noche de home life aprendiendo un poco más de mi libro de italiano, salí de mi habitación rumbo a la cocina para prepararme un té, y ahí me encontré a un alemán - por segunda vez en el día, la primera fue muy fugaz de hola-hola cuando llegué al departamento -. 
Muy extrovertido y sociable él, y con muchísimas ganas de charlar (si si, les juro que era alemán).

Les diré que hablamos largo rato esa madrugada, y que me hizo muchas preguntas.
Les diré que intercambiamos teléfonos para "tal vez conocer algo de Milán juntos". El tema es que su último día era el siguiente, y yo no podía hacer ninguna cita pues ya tenía una con el más hermoso ser que es, ha sido y siempre será: Mr. Eddie Vedder.
Les diré que se dejó echado a la suerte, y que me dijo que ojalá antes de irse el sábado pudiéramos coincidir en algún lado.
Y no les diré más, pues esa es otra historia...

viernes, 5 de julio de 2019

Día 16 - Un día milanés en dos actos.

No recuerdo si he mencionado en alguno de los posts pasados que Milano es una ciudad en la que no solo podría, sino que me encantaría vivir. Si desarrollo los por qués de esta afirmación, este post se va a hacer muy largo y nos vamos a ir por las ramas. Solo traigo esto a colación porque el día que estoy por contar, ese que tuve cuando empezaba mi segunda etapa en esta ciudad a la que ya conocía y en la cual ya me ubicaba y sabía moverme, es uno que me imagino viviendo a los locales como un día cualquiera en esta metrópolis.

Habiendo estado compuesto por arte y un muy lindo reencuentro entre platos italianos, no podría haber pedido un mejor comienzo para mi segunda etapa en Milán.

Usemos la estructura de una obra teatral y dividamos este día en dos actos, si?

Acto 1: El día.

Empecemos primero por contar sobre "el escenario".
A muchos de ustedes les sonará el nombre Prada
Esta casa de moda conducida por la italiana Miuccia Prada puede tener sus fans o sus detractores (en mi caso más eso último, la realidad es que no me copa la onda de vestido de cortes agresivos a la vista o que parezca salido de un proyecto futurista de reciclado, accesorizado con soquetes y zapatos tipo Mary Jane), pero que es un nombre reconocido y con un estilo muy demarcado entre los diseñadores que hacen a la historia de la moda no se le puede negar.

Sin embargo, aunque el nombre les suene, tal vez no tantos de ustedes saben acerca de la Fundación Prada. Presidida por Miuccia y su marido, la "fondazione" es una institución que se ocupa del arte contemporáneo y la cultura desde 1993.
La fundación nació con la idea de exhibir la amplia colección de arte que la diseñadora y su marido fueron acumulando, y que atraviesa años y estilos, desde el siglo XX hasta lo contemporáneo. Y aunque es un lugar en donde se exhibe arte prefieren no llamarlo "museo", sino que esperan que se perciba como "un espacio libre de restricciones lingüísticas cuyo propósito es crear un nuevo código con respecto al arte; un código que se aleja de los salones tradicionales llenos de limitaciones. En la fundación no hay límites, y el arte se desborda por los edificios".

Otra cosa notoria es que a pesar de ser un proyecto de la diseñadora, ella quiere que quede claro que todo lo que pasa en la Fondazione Prada no tiene nada que ver con la moda, sino que las propuestas a las que dedica sus espacios tienen que ver con temas de arte, cine, filosofía, ciencia, diseño. De hecho, si algún día visitan la Fundación, no se van a encontrar una tienda con accesorios especialmente creados para la ocasión (los típicos totes o bolsos que ves en casi todos los museos del mundo, por ejemplo). Lo que dicen es que no quieren contaminar el espacio con moda para que los artistas no sientan que se les está explotando como herramienta de marketing. El logo de la firma ni siquiera aparece en la fachada y no se organizan desfiles ahí (cosa que si pasa por ejemplo en la Fundación Louis Vuitton, su colega parisina); lo que buscan, dicen, es que se use como un laboratorio de ideas con voces diversas.
Su misión, como ellos mismos la explican es "ampliar y profundizar la manera que tenemos de aprender".

Una esquina del espacio que ocupa la Fondazione Prada

¿Para qué sirve una institución cultural? Esa es la pregunta planteada. Y las diversas actividades o muestras de la Fundación, es lo que Prada ofrece como intento y búsqueda de respuesta.
"Estamos convencidos de que la cultura es profundamente útil y necesaria, además de atractiva. Debe enriquecer nuestra vida diaria, ayudarnos a comprender los cambios que tienen lugar en nosotros y en el mundo. Esta convicción será la base de las futuras actividades de la Fundación".

La fundación ha pasado años organizando exposiciones temporales en iglesias y almacenes abandonados, hasta que finalmente ha echado raíces inaugurando su actual sede en lo que solía ser una antigua destilería de gin de la ciudad italiana. Y hacia allá me fui yo, porque los museos de arte contemporáneo (a veces no muy bien llamado moderno) son los que más me suelen gustar.


Fondazione Prada

Sus 19.000 metros cuadrados combinan siete edificios ya existentes y tres de nueva construcción (Podium, Cinema y Torre), que se traducen en salas de exposiciones, un bar, una "casa encantada", un espacio para niñes y un cine camuflado por espejos.


Viejo y nuevo, horizontal y vertical, ancho y estrecho, blanco y negro, abierto y cerrado: estos contrastes son los que están presentes en Fondazione Prada.

La sede actual de Milán (hay otra en Venecia) fue inaugurada en 2015 y sus edificios en el sur de la ciudad son de esos que no pasan desapercibidos. Los espacios de exposición son amplios, luminosos, para nada cargados de obras (una disposición que suele verse en los museos de arte contemporáneo o moderno, que no te sobre-estimulan con miles de piezas en una sola sala, sino que apuntando a un concepto o a una imagen o a algo que quieren expresarte te hacen enfocar tu atención en lugar de ametrallarla de estímulos en forma de pinturas, esculturas u objetos artísticos diversos)

Maqueta del proyecto arquitectónico de la Fondazione Prada

La Torre marcó el fin de la construcción y la terminación del proyecto. Con 60 metros de altura, tiene 9 pisos que juegan con el espacio, ya que cada uno de ellos es más alto que el anterior: mientras el primero tiene una altura de 2.7 metros, el último mide 8 metros. Es, además, un contraste de colores: sus paredes blancas y minimalistas son el lienzo perfecto para el ascensor de mármol rosado que escala los pisos.

Interior de la Torre

La torre es la que alberga la colección permanente de la fundación. Titulada "Atlas", abarca obras que van desde los años 60 hasta el 2016.

Las dos cosas que más me gustaron de acá?

1. Volverme a encontrar con una obra de Jeff Koons (la primera que vi fue su Ballerina, que estuvo por un tiempo a la entrada de nuestro MALBA).

Tulipanes, Jeff Koons

2. La instalación "Synchro System" de un artista belga que se llama Carten Holler, y que a mi me resultó un flash para los sentidos: primero tenías que pasar por un laberinto que estaba totalmente a oscuras. Antes de ingresar una chica te indicaba que debías agarrar la soga que se encontraba a tu derecha y simplemente seguirla sin soltarla por todo el camino. Dos segundos después de entrar no veías absolutamente nada, y la sensación de caminar a oscuras sin saber por cuánto tiempo ni a dónde te iba a llevar, fue bastante adrenalínica. Una vez que salías de ahí te encontrabas con estílmulos que te hacían sentir que estabas alucinando: entrabas a una sala en la que hongos gigantes cabeza abajo giraban en distintas direcciones, mientras vos caminabas a través de ellos. Genious.


Otra exposición temporaria que vi ese día fue Slight Agitation 4/4, por Laura Lima.

Y por último vi la exposición temporaria "Arte, Vida, Política: Italia 1918-1943"
Esta muestra exploraba el arte y la cultura en Italia tras las dos guerras mundiales, partiendo de registros de todo tipo (fotos, pinturas, escultura, modelos arquitectónicos, enormes leds en las que iban cambiando las imágenes, etc) que muestran el contexto detrás del cual el arte es creado y luego interpretado por el público de la época. Te llevaba por un recorrido que tenía como premisa contarte que el arte no es solo algo lindo para mirar o poseer, sino que muchas veces dialoga con lo social en su propio idioma. Los dispositivos artísticos muchas veces se usan para protestar de un modo más abstracto o simbólico ante determinado hecho histórico o social. Y también han servido a las propagandas de una u otra ideología. Esta muestra constaba también de una sala de cine, en la que se proyectaban distintas noticias de la época, o fragmentos documentales de aquel o este suceso importante de la vida política o histórica italiana.


Post Zang Tumb Tuuum. Art Life Politics: Italia 1918-1943

Quien les habla, un poco fascinada con lo que estaba viendo...


Post Zang Tumb Tuuum. Art Life Politics: Italia 1918-1943

Mucho arte, pero nobleza obliga a contarles que antes de meterme de lleno en las exposiciones, lo primero que yo hice ni bien puse un pie en la Fondazione fue irme a almorzar.
Dónde?
Acá:

Bar Luce

Con ustedes, Bar Luce, un café diseñado nada menos que por el cineasta Wes Anderson.

El bar - que forma parte del conjunto de la Fundación Prada, pero que también tiene una entrada independiente para quien no esté ahí por las obras artísticas -, busca recrear la atmósfera de un típico café milanés de antaño (y realmente se ve esta idea, lo digo después de haber estado en uno de esos cafés); pero es mucho más fuerte la impronta wesandersoniana... Si no fuera por todos los trendy milaneses y milanesas, vestidos con una elegancia de menos es más y con una ropa de cortes perfectos, una sentiría que un poco la han metido en alguna escena del Grand Budapest Hotel y que en cualquier momento Margot Tenembaun va a entrar por la puerta a pedirse un capuccino. Hay un poco de sus personajes y de su mundo en cada rincón del café. En los dichos del director: " Creo que sería un óptimo set, pero también un hermoso lugar en donde escribir una película. He buscado darle forma a un lugar en el cual me gustaría transcurrir mis tardes de no ficción"

Y la verdad es que te ha salido genial, Wes. Yo también me pasaría muchas de mis tardes de no ficción por ahi...

Después de almorzar el que probablemente ha sido el sandwich más caro de mi vida, pero amortizado su valor por la atmósfera del lugar, sí estaba lista para ver todo lo que pudiera.

El último lugar en el que estuve fue otro espacio muy notorio dentro de la Fondazione: la Casa Encantada.

La Haunted House

Bautizada así por el estado de abandono en el que se encontraba este edificio cuando el estudio que se encargó del diseño de la Fondazione llegó, este edificio hoy se encuentra recubierto por hojas de oro de 24 kilates. Si, leyeron bien. El dorado fue una decisión de último minuto del arquitecto Koolhas, cabeza del proyecto - y ha polarizado opiniones entre quienes lo tachan de vulgar y los que lo consideran glorioso-. Su intención, dijo, fue dar importancia a una construcción modesta. El oro aporta color al paisaje mayormente gris del conjunto y crea reflejos en los edificios vecinos. Pero lo que más ha sorprendido es que Koolhas declarase que el oro sale más barato que otros materiales para recubrir muros como el mármol o incluso la pintura...

El espacio hoy alberga una muestra permanente, en la que te encontrás con piezas bastante perturbadoras. No tengo fotos, pero si les interesa chequeen en el archivo de las muestras de la Fundación.

Acto 2: La noche

Dejé la Fondazione alrededor de la 5 y algo de la tarde porque tenía que irme hasta Dairago y luego volver a Milán para estar lista para salir a las 21 hs. Todo esto lo voy a saltar - porque este post ya es más largo que la carta FRONT AND BACK que Rachel le escribió a Ross en la casa de la playa - y solo diré que en la manifestación de un gran milagro italiano logré estar de vuelta y lista para salir a cenar a la hora señalada.

Se preguntarán con quién iba a cenar, ya que más arriba mencioné un reencuentro...

No, este no es otro capítulo de romance a la italiana 👅

Las casualidades quisieron que en el mismo momento en el que yo me encontraba en Milán, la ciudad también recibiera a Sara, alguien a quien conocí en otra aventura viajera, y a quien a pesar del océano entre nosotras, considero amiga.
Sara y yo nos conocimos en 2015 en un walking tour por Atenas, en donde terminamos compartiendo el tradicional mezze griego (una mesa con una suma de platos, al modo de nuestras picadas, o de las tapas españolas). Tan lindo grupo caminador formamos (junto a otros dos caballeros, Joao y André), que días después nos terminamos poniendo de acuerdo para tomar unos tragos en Santorini, con esta vista frente nuestro.

Las buenas vistas y las buenas bebidas siempre deberían mezclarse.

Sara, Joao y yo en Fira, Santorini (2015)

Un año después, otro viaje mío y otro viaje suyo nos encontró por acá

Sara y yo en el pub Jhon Snow, en Londres (2016)

Y finalmente resultó que coincidimos también en la cosmopolita Milano, gracias a que ella estaba por esta ciudad por motivos de trabajo.
Esto había que celebrarlo.
Y qué mejor reencuentro que uno en la típica modalidad italiana: frente a una buena mesa, con unas buenas pastas y un buen vino?

Sara y yo, con cara feliz de "He comido y bebido hermosamente" @Hosteria della Musica, en Brera, Milán

Después de mucho rato de mucha charla y mucho catching up en una mesita del exterior de la Hosteria della Musica, nos dijimos hasta pronto, dejando como incógnita la variable de cuál va a ser la ciudad que nos vuelva a cruzar.